19 jun 2011

Ellos, los idos.

Bebe café expreso con güisqui

Contradice a tus profesores

Escucha con atención a Tchaikovsky

Sé un revolucionario de papel

No creas en Dios

Contrae deudas y no las pagues

Estudia idiomas

Muéstrate indiferente a los muertos

Asiste al teatro

Hazte amigo de un cantinero

Mastúrbate

Lee de Borges sólo la prosa

Pelea en los callejones

Róbate rosas del jardín del vecino

Nunca despiertes temprano

Regala un cigarro al pordiosero

Quéjate del cine de Jarmusch

Ceba mate y no comas mucho

Conversa con los árboles

Búrlate de los clásicos griegos

Automedícate


Pero no escribas

Pero no pintes

Pero no cantes

ni trates de hacer arte.


Porque todos los artistas

son estoicos

son suicidas andariegos

que se pierden con el tiempo

y siempre acaba su obra en el fuego.


Todos son casos perdidos.

22 nov 2010

Mors Oblivionis (Soneto)

Tú terrible princesa de azahar

Mujer de oscura figura altanera

Soy tu chaperón triste hoy por azar

Tú, la ladrona perenne, malhora.


Terrible infamia no dejas retrasar

Y el que próspero y feliz fuere otrora

Frío, desierto queda tras a ti abrazar

No caeré rendido ante tu figura.


De fea sangre y pez malhechos

Seco, fúnebre es incluso lo vivo

Polvo al polvo en la tierra no temer.


No podemos ante ti ya caer

Si dejamos por hoy aquí algo altivo

El olvido es el siempre fenecer.

29 jul 2010

Cuartillas de sal

Estoy aquí inmóvil sentado mirándote,
viéndome en el claroscuro de tus ojos,
ahogándome en el vacío crepuscular,
ahogándome en tu tranquila mirada.

Me pierdo en lo mucho que no soy,
olvidando lo poco que sí, lo que queda,
los sueños rotos y las cuartillas de sal,
que son el molde y horma de mi alma.

Ya no sé quién soy de tantos que he sido,
de todos los pesados muertos que cargo;
olivos secos, fotografías, diarios caducos;
claveles, pañuelos. Todo lastre y anclas.

Hace mucho era niño, y el mundo, fácil,
las sonrisas eran gratuitas y completas;
uno podía dejar correr suelto al espíritu,
inundado de sol y rosas sin espinas,
sin temor ni miedo a que no volviera,
sin temor ni miedo a que lo robaran.
Hace mucho era niño, pero se acabó,
un día mi alma no regresó conmigo.
Cargo al angelito inerte que fui,
sonriendo en su caja sobre mi lomo.

Somos todo aquello que odiamos ayer,
cuando fuimos jóvenes y había futuro,
cuando la revolución era caritativa, útil,
cuando el amor y el fuego nos cegaban,
pero de la llama pasional que era nuestra
sólo quedaron las cenizas frías y volaron.
Somos todo aquello que odiamos ayer,
pero podemos vivir con nuestra conciencia.
Cargo al soñador pobre que era, sus restos,
las cruces y la lápida de mi juventud noble.

Pero los muertos tienen fríos los huesos,
como frías son las estrellas en la noche,
lágrimas brillando sobre el luto celeste;
y me duele este helado osamental, blanco,
me duelen estos esqueletos que cargo.

5 jul 2010

Caminando

Lo que fuimos y somos poco importa ya, lo que importa es lo que seremos, amiga, y más aún lo que nunca llegaremos a ser, a pensar, a sentir.

Pedro Regisco

Gotas leves, suaves pero constantes bajan a morir despedazadas a los hombros de tu chamarra, desde un cielo oscuro; y vas caminando sobre la banqueta gris. Las zuelas de tus botas para lluvia raspan el suelo de asfalto viejo y carcomido, sus tacones, a un medianamente lento paso resuenan vagamente como el tictac de un reloj perdido entre los charcos, las paredes ancianas y las alcantarillas en la oscuridad acribillada por faroles de luces inciertas que iluminan la soledad de las tiendas cerradas y las bancas, los cristales de los escaparates vacíos son los únicos seres que impasibles te observan mientras pasas caminando como los años pasan ante tus ojos.

Es tarde ya, el velorio ha terminado tarde y triste, además al salir de esa agencia funeraria desconsoladora y opaca fuiste a beber largamente un trago seco, sucio y amargo de licor barato a un bar cualquiera del centro de la ciudad, en honor, porque a la salud ya no, de la querida muerta.

Ella, Elvira, la más bella de todas las flores, la más fragante de todas las esencias perfumadas, la más suave de todas las sedas, la más deliciosa y dulce de todas las frutas, ella, que descansaba junto a ti en las siestas que tomaban bajo la suave sombra de la cúpula de los inalcanzables árboles de la alameda y los jardines botánicos que reviven en silencio el recuerdo y el ensueño que mutilan los lacrimales, sangrándolos en sal diluida. Ella ya no descansa contigo sobre el pasto tierno, que aprovecha para nacer desesperado sobre la agonía ajena, ella ahora descansa bajo él, sola en la oscuridad asmática.

Tenía una pequeña luz dentro del abismo de sus grandes ojos tristes, huesos pequeños y delgados como pequeños y delgados, o más bien, como frágiles son los de las alas opacas, sucias e ígneas de los pichones que se disputan el cielo de las mañanas frías y las migas deprimidas sobre el suelo de los adoquines. También tuvo piel más blanca y pura que la parafina de los cirios que la velaron acompañándote frente a la caja de madera oscura que le conseguiste a crédito para que se acomodara tranquilamente a descansar como solíamos hacerlo. Sus pequeñas y débiles manos cruzadas sobre su quieto y angosto pecho, inmóvil como inmóviles son ahora las losas de asfalto sobre las que caminas.

A ella le gustaba la música, tenía dedos delgados, finos y blancos como cigarrillos gruesos, con uñas cortas, limpias y rosadas como pétalos de rosas vírgenes, era pianista, bueno, no, era secretaria, pero tocaba mejor y con mayor destreza las teclas del viejo piano que guardaban en la pequeña sala que las de la máquina de escribir de su trabajo, debió dedicarse a la música, sus dedos bailaban desesperadamente pero con armonía, presionando aquí y allá, como si fuera la última vez que fueran a hacer contacto con un instrumento, como si predijeran sin decirnos lo que se aproximaba.

17 jun 2010

Estás fría, mamá.

-Estás fría, mamá.

-…

-Espero que te mejores pronto, mamá, Abue Guille nos ha invitado a pasar un día de campo con ella y con mis tíos, será divertido, asaremos carne bajo la sombra de aquel árbol que Pao cuenta que fue sembrado cuando llegamos a México.

-…

-¿Te acuerdas, mamá? Todavía no nacía yo, pero mis tíos dicen que era un buque enorme en el que viajó la familia, más grande que una ballena. ¿Alguna vez has visto alguna? Dice el primo Mario que son tan grandes como un camión, que son como peces gigantes, pero Abue Guille dice que no son peces, que son mamíferos, pero que se tienen aletas y cola como ellos, y que sirven para hacer jabón y muchas cosas.

-…

-Yo no conozco de ballenas, pero si son como el pez que tiene Pao en su cuarto deben ser animales horribles y además muy fáciles de ver en el mar, mamá, imagínate un pez anaranjado del tamaño de un barco, como un foco bajo el agua; seguro por eso hay tantos jabones.

-…

-Le diré a Tía Tere que cuando me deje acompañarla cuando lleve a Pao al mar, me gustaría ver ballenas. Pao dice que el mar es muy grande, que es como la laguna, pero que no se le ve el otro lado y que no se puede tomar de esa agua porque hace daño. Mamá, espero que te mejores pronto y podamos ir a ver el mar.

-…

-Abue Guille me dijo que hubo un señor que era capaz de caminar sobre el agua, hace unos días lo intenté en la laguna, pero no pude, me pregunto qué tipo de zapatos tendría ese señor, imagínate, debe tener unos muy curiosos porque yo lo intenté descalza y no pude. Lo bueno que estabas cerca y me pudiste sacar del agua, me dio mucho miedo, me hundí y todo estaba frío y oscuro, como boca de lobo dijo Nana Daniela.

-…

-Cuando me sacaste me dio mucho gusto, mamá, todos estaban muy asustados, incluso el Viejo Julio, el vigilante gruñón, de inmediato me pusieron una cobija y me bañaron con agua caliente. El agua de la laguna estaba muy fría, mamá, no me podía mover y sentía que me quemaba, sí, como lo oyes, que me quemaba con el frío.

-…

-¿Tú no sentías que te quemabas, mamá? Pao dice que uno no se puede quemar con el frío, sólo con el calor, sobre todo con fuego, ella dice que es lo más caliente que hay es el fuego. No creo que te quemara el frío, mamá, porque estuviste mucho nadando, hacia la orilla de la laguna, quisiera un día poder nadar tanto tiempo como tú, aunque el agua esté fría. Seguro te cansaste, cuando saliste tosías muchísimo, como cuando me da catarro.

-…
-Yo no me resfrié, mamá, gracias al baño caliente que Tía Teresa me dio, lo malo que tu sí. Por eso espero que pronto te cures para poder ir al día de campo al que Abue Guille nos llevará. Tío Juan me ha dicho que te deje descansar en paz, pero quería verte, no te quiero despertar, mamá. Aunque no me digas nada yo creo que ya estás mejor, porque ya no toses como antes.

-…

-Antes de venir vi fuego, mamá, estaban preparando un horno, como en el que Nana Daniela hace pan, yo creo que harán mucho pan, mamá, por eso era un horno tan grande, para todos los que vinimos hoy, imagínate, vino toda la familia, incluso papá salió de trabajar para asistir. Pero no he visto que Nana haya preparado la masa, yo creo que está muy cansada y por eso lleva todo el día en su cuarto, así que mejor pidió que trajeran la masa ya hecha, o que está muy triste porque no hay ingredientes suficientes para hacer la masa, porque ha estado llorando buen rato.

-…

-No sé cuál santo se celebre hoy, Abue Guille dice que en Irlanda, un país del otro lado del mar, en el Día de San Patricio se hace una fiesta muy alegre, todos beben y bailan y se visten de verde, hasta dice que parecen las calles como si hubiera pasto vivo moviéndose, no sé si sea tradición, pero hoy es diferente, todos se visten de negro y en lugar de reír, lloran. No me gusta la celebración de hoy.

-…

- Estás fría, mamá.










Niña, deja a esa muerta en paz.

20 may 2010

La más perfecta de todas las bestias

He buscado en cientos de libros,
he investigado en mil documentos,
he indagado el cielo y las estrellas,
he explorado las profundidades del mar,
he visto en microscopios y tubos de ensaye,
he analizado todo para ver cómo funciona,
he hecho muchísimas encuestas,
he desmenuzado cada pensamiento,
le he preguntado a Dios mismo...

... y todo fue en vano, perdí mi tiempo
hice cientos de hipótesis y ni una pude comprobar,
Dios nunca contestó y los libros me mintieron.

Y por eso destruí todo,
por eso maldije el silencio de Dios,
quemé documentos y escritores,
y ahorqué brujas, hice guerras;
torturé, masacré y mutilé,
me saqué los ojos en mi furia,
pero poco importaba, nunca los usé;
siempre estuve ciego.

Y después de todo, yo, el hombre,
la más perfecta de todas las bestias,
la más avanzada y la más primitiva,
aún no sé quién soy.

15 abr 2010

Monólogo del Poeta

Cuando escribo,
o hago como que escribo,
me abandono y me olvido,
dejo de ser yo,
mi pluma me transforma,
y muto, me reduzco y me expando;
me convierto en balas,
me convierto en lágrimas,
en besos, en pájaros, en cantos.

Me convierto en hiel y en sangre
en semen, en agua y en mugre,
en huesos ajenos, en sexo y en hielo.

Cuando escribo,
o hago como que escribo;
me vuelvo el balcón de Julieta,
la espada de Hércules,
la cabeza de la Venus de Milo,
la lanza del Destino,
el telescopio de Galileo,
el bigote de Hitler;
la cámara de Lumiére,
el avión de los Wright.

¿Pero qué soy entonces?
Soy balas en octubre,
religión contra religión,
cruzadas modernas,
biblias ensangrentadas,
picana, tripas y muertos,
niños huérfanos y viudas,
soy el inmovilizador,
la máscara del asesino,
soy la leucemia de mi amigo,
la ignorancia del gurú,
la cucaracha y la rata gorda,
la saliva de los insultos;
la hipocresía del líder.

Pero también me vuelvo en
la lágrima de la despedida,
el espejo en los ojos de mis ojos,
manos tomadas en una tarde de abril,
las nanas de mi madre,
los lentes de mi padre,
el bastón de mi abuelo,
la tumba de mi abuela,
los cuentos de mi tía,
soy razón del primer romance,
y del último, después;
soy el primer coito y el primer beso,
el orgasmo matinal de los amantes;
los anillos de las bodas doradas,
los juegos infantiles y las calles de mi barrio.

Soy lo que no soy y sigo siendo,
sombra en la luz y más sombra en la oscuridad,
luz en la sombra y mancha en el sol,
soy Selene en el día, soy la mantícora domesticada.

Dejo de ser yo, dejo de ser
lo que es ser. Pero sigo siendo.

Soy Poeta.